Se acabó con los Cacaentes

 

 

 

Todos lamentamos la suerte de estos entes

 

Después de probar la hibridación,

la abducción, la implantación,

y no digamos la enteintroducción,

el fracaso de estos entes ascendió a fracasón.

¡Ay!, si estos cacaentes no se expansionan,

ni a otros controlan y no abduccionan,

y sus genes no se interrelacionan,

hacia una segura extinción evolucionan...

 

Cacano otra vez: Una sala-despacho de paredes tornasoladas; una mesa oval rodeada de extrañas sillas, ocupadas por hombrecillos cabezones y presidida por uno de ellos coronado y resplandeciente.

 

Así es que sonó la alarma en la población

y tuvieron una muy urgente reunión,

pues ni no cambiaban su suerte

iban derechos hacia una segura muerte.

 

El reyezuelo, autoritario e iracundo

 

¡Cacaentes! Esto tiene que cambiar, pedorreteó Tupedorrimal.

Nuestros ejecutantes urge renovar

y las operaciones que han salido tan mal

por otras más efectivas hay que cambiar.

 

El relevo se produce

 

¿Qué ente entre los entes actuó garrafal?

Todos a una: un auténtico animal: ¡Oxal!

¿Quién sustituye a este subnormal?

Todos a otra: Hay un ente cabal,

con bigote, bajito y muy cabezón

¡Demos una oportunidad a Aznal!

y nos sacará de esta augurada extinción.

 

Aznal, orgulloso y seguro de si mismo

 

¡Cacaentes! Cacano irá bien;

he conseguido elaborar un plan

que con vuestro empeño y afán

saldrá... no digo bien sino requetebién;

y nos salvaremos de una temida muerte…

siempre con un poco de suerte.

 

 Los de Cacano, esperanzados y anhelantes

 

¡Oh, Aznal, caudillo bendito!

líbranos de esta zozobra.

 

El bigotudo, persuasivo

 

Tengo un plan, os lo repito,

un gran plan, una gran obra.

 

arenga a los suyos y recuerda:

 

Entes aguerridos y valientes:

Atrás quedaron las estériles hibridaciones

y no digamos las obsoletas abducciones

que acompañadas de inútiles implantaciones,

nos hicieron quedar como entes simplones

y a veces como auténticos maricones...

y no digamos las fallidas enteintroducciones

que a esos terrestres inocentones

les hicieron huir como cabrones.

 

Y, con suficiencia,  se explica:

 

Ahora es el momento de cambiar

dejando atrás los errores del pasado

pues nuestro nuevo plan no puede fallar

ya que está muy bien elaborado.

 

Llega ¡la transforvolución!

 

Asombraos buenas gentes,

alegraos nobles Cacaentes,

a partir de ahora pondremos en acción

por parejas, la transforvolución.

De  esta forma, emparejados

sumaremos más las fuerzas

así los terrestres estarán más controlados

que es lo que a nosotros nos presta.

Cuando lleguemos a La Tierra

a los terrícolas estudiaremos

y por parejas nos transformaremos

en terrícolas ¿lo entendemos?

y así con ellos nos confundiremos.

¡Y al fin los controlaremos!

 

El ente saca pecho emocionado

 

A partir de ahora, a nuestros entes

no les  llamarán los presentes

ni los abducentes,

ni mucho menos los introducentes...

sino los muy dignos ententes

y transforvolucientes.

 

Los demás están maravillados

 

Nunca escuchamos, oh, Aznal,

unas palabras tan sabias a un ente tan genial.

 

La Tierra, una vez más: Un paraje campestre y bucólico

 

Y dicho y hecho, se pusieron en acción

con gran entusiasmo y decisión.

Nada más aterrizar

dos entefuncionarios aguerridos

encontraron en un bucólico lugar

a un hombrecillo muy particular

rodeado de extrañas criaturas

que tenían unas blancas rizaduras

y que comían hierba sin parar.

 

La sobrenatural pareja, presta para la acción

 

He aquí a un terrestre ideal

para poner en la práctica

la revolucionaria  táctica

de nuestro sin igual Aznal.

Aunque no entendemos, no señor,

la función de esos animalitos

que parecen feos cacaperritos,

pero sin gracia y con mal olor.

Digamos las palabras adecuadas

que nos permitan actuar

y de esta forma remediar

nuestra situación muy delicada:

 

Nuevo lema mágico

 

"Dos entes emparejados

serán  transforvolucionados

con una fuerza suficiente

convirtiéndose en entente"

 

Y he aquí lo que sucedió:

 

La transforvolución se realizó

y el entente se formó

pero algo imprevisible ocurrió

pues el pastorcillo se asustó

ante el entente que vio:

En lugar de verse a si mismo

como era de esperar,

se vio doble y feísimo

y no supo que pensar:

¿Era un demonio malísimo,

o se había vuelto a emborrachar?

 

La reacción del terrestre:

 

Como era un poco bruto el zagal,

cogió un pedrusco colosal

y de la pedrada que al entente atizó

en dos medioentes le separó

y se volatilizó, es decir finalizó, se acabó.

 

Y un final que se veía venir…

 

Los otros entes estupefactos comprendieron

que La Tierra la controlaban más bien mal,

así es que nunca jamás a élla volvieron

y no se sabe si sobrevivieron

en otros lugares del espacio sideral

 

Por fin.... Fin.  ¡¡¡buuff!!!