¡Los Cacaentes procrean!

 

 

Un paisaje montañoso: Al pie de una montaña, donde las verdes praderas y pastos abundan, se ve la entrada de una oscura gruta. La tormenta está en pleno paroxismo. Rayos y truenos en el ambiente.

 

Dos jóvenes, cogidos de la mano, corren hacia la gruta...

 

La cueva era grande y estaba muy oscura.

Allí Gestal y Genistea secarían su enorme mojadura.


Cogidos de la mano se adentraron con expectación,

sus corazones latían acompasados y con pasión.

Por una grieta de la pared se filtró un rayo de luz muy juguetón

y alumbró un lecho de pelos situado en un rincón.


 

La humana lleva la iniciativa

 

Descansemos en este sitio, mi Gestal muy oloroso

¿Serán estos pelos obra de algún oso?

El alien se dejó llevar... el no estaba en su ambiente

pero confiaba mucho en su poder de cacaente,

y en este cobijo negro y oscuro tuvo una sensación:

Sus genes se preparaban para una excitante combinación.

 

Un rayo de luz guía la operación de la trascendente recombinación

 

De repente, una luz traviesa señaló sin ningún decoro,

en el cuerpo de Genistea, su más preciado tesoro.

Fijose el mancebo en lugar tan señalado

y todo el se tornó cuan un potro desbocado.

Ahora la luz inquieta en Gestal se colocó

y algo de él, que aumentaba, con descaro iluminó.

La muchacha, que era virgen, estaba desconcertada,

aunque una especie de ansia la tenía dominada.

Lo que entonces sucedió lo podemos imaginar;

estos asuntos sexuales no los voy a relatar.

 

La misteriosa luz, no solo dirige, sino también resplandece y perturba

 

Pero si que aclararé que aquella luz insistente

ayudó a que aquella unión sucediera felizmente:

Cuando los enamorados estaban en el punto culminante

la cueva se iluminó con esa luz inquietante.

Tal era la potencia de aquel resplandor

que todo el entorno a 10 km brillaba con gran fulgor.

Los animales, despavoridos, huían con gran temor

y las poblaciones cercanas temblaban de pavor.

 

Esta luz tiene un origen

 

Y es que tales manifestaciones de poderosa energía

tenían una causa que del espacio venía:

Alineada con la gruta y oculta sobre las nubes celestiales

se desplegaba una flota de majestuosas naves espaciales.

Los cacaentes vigilaban el éxito de la operación

y sus rayos teledirigidos señalaban los detalles de aquella misión.

De esta manera a Gestal se le orientaba sobre la intimidad femenina

para que ejerciera con éxito su potencia masculina.

El ente como todavía estaba poco adaptado

del origen de esa luz no se había percatado:

 

Este ente, todavía es un simplón

 

¡Uy! un rayo que se mueve, libre, ágil y juguetón.

¡Ay! donde se ha colocado, no domino mi excitación.

¡Ey! para ya, rayo insolente, que descubres mi aparato terrenal.

¡Oy! que barbaridad, que talla la mía tan descomunal.

¡Iy! que voces son esas que resuenan en mis adentros.

¡Pdrrrr! reacciona ya, ¡ a por la humana ! memo, y déjate de miramientos.

 

Resumen final de este acontecimiento sinigual

 

Y... así sucedió: Genistea del Valle y del Pastizal

mantuvo amoríos con un ente: Gestal.

Y tal fue el éxito de semejante gestación

que la doncella engordaba con gran aceleración.

Y después de los 9 meses tuvo una prolífica descendencia,

y de esta forma los cacaentes implantaron en esta Tierra su presencia.